El espectro que recibimos de la luz de una estrella se distorsiona (contamina), de alguna manera, debido a las características del equipo que utilicemos para su obtención. Así, los cristales y espejos del telescopio, el propio espectrógrafo y la cámara de fotografías utilizadas (especialmente el tipo de chip), varía la intensidad de las diferentes longitudes de onda del espectro obtenido, de forma que la curva es completamente distinta a la realidad del espectro característico y que se obtendría a través de equipos profesionales. Esta forma de variación de la curva característica del espectro es lo que llamamos “curva de respuesta” y será distinta para cada clase espectral característica.