Hace algunos meses y gracias a una oferta encontrada en la red, de un modo espontáneo se empezó a formar un grupo que finalmente creció hasta las 27 personas, para viajar a Islandia a intentar observar una aurora boreal. En este grupo había gente de Toledo, Cuenca, Córdoba y Madrid, y entre ellos íbamos 5 miembros de la aam. Así pues, cerca de la Luna nueva de febrero, cargados de ilusión aunque con una pésima previsión de nubes, volamos hasta Reikiavik para intentar cumplir ese sueño.